sábado, 7 de mayo de 2011

Etapa 4 - Zariquiegui - Lorca

Cuarta etapa: Zariquiegui - Lorca (26,3 km)

La habitación la compartíamos con los franceses y a las 6:00 de la mañana ya estaban haciendo ruido por lo que nos vimos obligados a levantarnos.
Nuestra sorpresa era que a esa hora ya había abandonado la habitación una persona que por eliminación resultó ser una señora, creo que inglesa y de edad indescifrable (pero que superaba los 50 fijo), que parecía el conejito de duracel: Cogía cuerda por la mañana y no paraba hasta la noche. Tal envia nos causó que nos planteamos seriamente pasarnos a la dieta que hacía a base de plátanos.
Bueno pues nuestra amiga debió bajar a las 5:30 horas cosa que no debió de hacerle ninguna gracia a uno de los gaditanos que dormía en el sofá del salón donde se servian las comidas y también los desayunos. Eso le pasa por no hacernos caso la noche anterior cuando le recomendamos poner la tostadora y una botella de leche en la puerta con un cartel en la puerta indicando que los desayunos antes de las 6:30 horas se toman en la calle.

Por nuestra parte sobre las 6:45 horas ya habíamos recogido todo y bajamos a desayunar. Para nuestra desgracia no todo el mundo sabe comportarse dado que los franceses habían arramblado con todo lo que había para desayunar. Es más la última que quedaba en la mesa se llevó todo el pan que quedaba, se huntó toda la mantequilla que pudo y vació hasta el fondo el bote de mermelada... ¡ojala reviente subiendo al Alto del Perdón!

Así que a nosotros y a un italiano, nos ha tocado desayunar con los pocos restos que nos dejaron.

La etapa se prometía bonita y por el Camino nos hemos ido encontrando varias veces con los gaditanos lo ha hecho más amena la etapa. Además Zariquiegui estaba a medio camino del Alto del Perdón y por lo tanto sólo tendriamos que subir 125 mts que nos separaban de la cima.

Dada la hora el sol estaba saliendo haciendo más agradable la subida.

La bajada fué bastante más dura, 2,5 km y 255 mts de desnivel en un camino plagado de piedras. Una tortura para unos pies con ampollas.

Por suerte luego el Camino ha sido llano hasta Uterga (5,8 km desde el inicio) que tenía el Albergue cerrado (y por tanto no podemos tomarnos un café,... continúa la maldición del día anterior), y por fin a las 8:45 llegamos a Muruzábal (km 8,5) donde si, había una magnífica cafetería donde parar y resguardarse de la lluvia que empezó a caernos algunos km atrás.

Desde Muruzábal seguia en un leve sube y baja entre campos de alcachofas, espárragos y trigales, hasta llegar a Obanos con su impresionante iglesia de San Juan Bautista. No en vano Obanos es el punto donde confluyen el Camino que viene de Roncesvalles con el Camino aragones que entra por Somport.

A estas alturas me dolían un montón los pies (sobre todo el talón y la base de los dedos) por lo que le he pedido a Jose que avanzaramos todo lo posible sin parar para que los pies no se enfriaran. No obstante en Puente de la Reina (km 13) tuvimos que deternos, al encontrarnos con los gaditanos y con un matrimonio de Navarra (Uxua y Jesús) que se separaban: Jesús dejaba el Camino por las ampollas y Uxua continuaba con Juanjo, un amigo que habían hecho días atras. Así que allí estaba la familia de Uxua para llevarse al yerno y de paso repartir .. ¡¡PLATANOS!! a todos.
Aprovechamos la parada para visitar la Iglesia del Crucifijo y la Iglesia de Santiago cuyo campanario podía ser visto a muchos km de distancia. Por último salimos de la ciudad cruzando el puente románico sobre el rio Arga.

Los pies los tenía cocidos, y a estas alturas daba igual andar de puntillas, de lado o de talón para sentir los pinchazos. Además sentía el gemelo izquierdo algo subido por lo que evitaba subir fuerte cuando llegaba un repecho. No obstante la idea de Jose de alargar un poco más la etapa del final inialmente previsto en Ciraqui (21,2 km) e ir a Lorca (26,3 km) no me pareció mala. Así nos quedaría menos para mañana, al quinta y última etapa hasta Estella.

Así que a la salida de Puente la Reina (11:20 horas) cancelamos la reserva telefónica que habíamos realizado al Albergue Maracotx (en Ciriaqui) y confirmamos nueva reserva en el Albergue la Bodega de la Salud (Lorca). La suerte estaba ya echada....

El Camino hasta Ciriaqui se ha complicado bastante, con tramos de 1 km con 150 mts de subida, mucho más empinados y complicados de subir que el Alto del Perdón. En este punto nos cruzamos con muchos peregrinos, cada uno a su ritmo pero la mayoría sudando de lo lindo para llegar hasta el pueblo. Ya en el pueblo la cuesta continuaba hasta la plaza principal. A esta hora el cielo estaba totalmente cubierto y empezó a lloviznar un poco.

Si nos faltaba algo, cuando ya habíamos dejado Ciriaqui bien atrás y esperábamos encontrarnos Lorca a lo lejos, nos encontramos con varios carteles señalizadores que nos indican que la distancia real desde ese punto eran casi 6 km!!. Acordé con Jose que no me esperara y fuera por delante hasta Lorca para ir a mi ritmo (lento pero continuo). Casi todo el mundo llevaba puestas sus capas de agua, excepto un servidor que por no parar aguantaba la llovizna hasta que de pronto un trueno llevo el diluvio y en un momento todos los peregrinos, con capa o sin ella, salieron corriendo buscando un techo donde cobijarse. Techo?? he dicho techo?? pero si estamos en mitad del campo.. Seguí avanzando como pude hasta llegar a un pequeño puente medieval. Tan estrecho era que apenas evitaba que te mojaras. Como no había otra solución y estaba completamente empapado tiré al suelo el macuto en una zona que había menos barro, y me despojé de toda la ropa haciendo equilibrios con mis doloridos pies encima de él. Por suerte en los minutos que siguieron no apareció nadie, dandome tiempo a cambiarme con ropa seca y un forro polar. Con estas pintas, descalzo encima del macuto y con un trozo de chistorra en la mano me encontraron una pareja de ingleses que buscaba también refugio.

Tras media hora de descanso, reanudé el Camino, esta vez con un pantalón de agua y el chubasquero, para llegar bajo la lluvia por fin a Lorca a las 15:00 horas.

El Albergue de la Bodega de la Salud es enorme y magnífico. Nos hemos instalado en una de las estancias más amplias en la cuarta planta, una zona abuardillada con seis literas de madera. A la entrada tiene los servicios y unas magníficas duchas de agua caliente. Tras realizar las curas (no tenía tan mal los pies, sólo unas pocas ampollas. Lo que me dolían eran las durezas de la planta de los pies)

Dada la hora todavía no han llegado muchos peregrinos. Coindimos de nuevo con Uxua y Juanjo, con los que compartimos mesa en el bar/restaurante de la planta baja.

Por cierto los hospitaleros supersimpáticos. Aunque eran ya las 16:00 horas Marisol no puso problema alguno cuando le pregunté si podía comer. Preparó una pizza y a los pocos minutos acompañaba a la mesa al resto (Jose, Uxua y Juanjo) que estaban ya con los postres. Luego una tranquila sobremesa hasta que a las 17:30 nos preguntaron si queríamos cenar ¿¿??. Ante nuestra cara de asombro (acabábamos de comer) nos aclararon que tenían dos turnos, el de las 18:30 (para los franceses y alemanes que están como una chota) y el de las 19:00 horas. Al final decidimos cambiar la cena por un picoteo con unos pedazo bocatas que había preparado la madre de Uxua de jamón con tomate, junto con la longaniza, salchichón y el queso que traíamos nosotros.

Mientras tanto los franceses seguian en su gueto particular, con la señora del albergue anterior haciendo de nuevo de las suyas, esta vez despojándose de las botas y calcetines en la mesa para mostrar sus heridas mientras los otros disfrutaban tirandole fotos a sus pies... ignorantes, si supieran que la culpa de tener así los pies es por que se le ha cortado la mantequilla que se engüllo la muy ... esta mañana.

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